Esta mañana en el periódico La Voz de Galicia apareció esta noticia impactante, sobre una batalla campal entre jóvenes de etnia gitana y otros de un grupo rumano.
La noticia es la siguiente:
La calle Rosalía de Castro, de Betanzos, que canaliza buena parte del ocio nocturno de la localidad coruñesa, fue escenario de una brutal pelea colectiva en la madrugada del sábado al domingo, protagonizada, principalmente, por el enfrentamiento entre jóvenes de etnia gitana y un grupo de rumanos.
Según relata una testigo, la batalla campal comenzó alrededor de las dos de la mañana, cuando numerosos jóvenes se perseguían para agredirse arrastrando y tirando en su camino al resto de los viandantes. «A una pareja que estaba allí fuera la empotraron contra un coche, se subían encima de los vehículos para lanzarse contra los rivales usando las lunas como un tobogán, muchos nos tuvimos que escapar de allí», señala Rosa, una menor que pasaba por la zona cuando regresaba de un cumpleaños. Ella misma relata cómo buena parte de los contendientes se mostraban desnudos de cintura para arriba y cómo las chicas de estos grupos intentaban agredir y dar patadas a los hombres del bando rival.
Rosa relata incluso una situación paradójica: «Uno de los gitanos que se estaba peleando se puso a llorar porque se encontraba mal, comenzó entonces a vomitar y el rumano que le estaba pegando le ayudó sosteniéndole la cabeza. Pero cuando acabó de vomitar volvió a pegarle».
Los hechos fueron corroborados por algunos vecinos de esta céntrica calle, que ya han trasladado sus quejas al Concello en numerosas ocasiones. «Aquí ya es frecuente descubrir coches sin retrovisores o cristales rotos», señala Enrique, uno de los resignados residentes. «He llegado a ver cómo ponían coches en medio de las aceras, vivimos en el Bronx».
Estos hechos son los que nos hacen replantearnos nuestra forma de pensar, y si realmente estos hechos son correctos, o son denunciables e irrepetibles.
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