miércoles, 14 de marzo de 2012

Matan a un ferrolano de 93 años delante de su casa para robarle

Noticias como ésta, son la clase de hechos que es necesario sacar de nuestro día a día, ya que ésto no ayuda al desarrollo de las personas, de una comunidad, ni al espíritu solidario y el principal valor de la democracia cultural y la comprensión, así como los valores morales que se pueden aprender del ciclo de Animación Sociocultural que estamos estudiando.


Un hombre de 93 años, Gumersindo Moreira, fue asesinado a media tarde de ayer en Pazos, en Serantes, en la zona rural de Ferrol. El hombre estaba sentado en una silla a la puerta de la casa, disfrutando del día soleado, cuando fue estrangulado con una cuerda o con un cable.
Era poco antes de las cuatro de la tarde y en la casa se encontraba su esposa, de 78 años, quien parece que no se enteró al sufrir problemas de memoria. Un nieto de la víctima, Sindolo, llegó en ese momento a la casa y se encontró dentro al que se cree que puede ser el autor del homicidio. El delincuente blandió un hacha para impedir que se le acercase y salió corriendo por el huerto que rodea la finca. No se descarta que lo esperase una segunda persona.
Eran las cuatro de la tarde cuando los vecinos de la zona supieron que algo había ocurrido por la nube de coches patrulla del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Ferrol que llegaban. Una empleada de la limpieza del colegio público de Pazos, que se encuentra al otro lado de la calle, oyó un grito en aquel momento. Rápidamente, los agentes locales formaron un cordón de seguridad en el entorno de la finca y cortaron al tráfico la pequeña carretera, mientras comenzaban a llegar los familiares. Otra nieta rompía a llorar en la calle, mientras era consolada por otra mujer.
Parte de las patrullas policiales se distribuyeron por la zona para batir los caminos próximos, pero sin resultado en las horas inmediatas. No obstante, los vecinos que se pudieron aproximar al grupo familiar comentaron posteriormente que Sindolo, el nieto, podría identificar perfectamente al autor si se encuentra con él porque le vio perfectamente la cara.
Hasta las cinco menos cuarto de la tarde no llegó una ambulancia medicalizada del 061 para hacerse cargo de la esposa, que fue trasladada por dos miembros del equipo médico. Se movía con lentitud, sujetada por los brazos.
Quedó ingresada en el hospital público Arquitecto Marcide, situado a poco más de un kilómetro de la casa. El forense llegó también poco después para llevar a cabo el levantamiento. Equipos de agentes de la Policía Científica recorrían el itinerario que siguió el asesino, examinando con cuidado entre las hierbas para buscar pruebas que lleven a dar con él. Otros recorrían la vivienda en busca de huellas. Los vecinos consolaban a los familiares que llegaban a la vivienda.
Un nieto se encontró al ladrón dentro de la vivienda, pero este logró huir.

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